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  • 22/02/2021 - 09:19  

    Maracuyá: esa deliciosa desconocida.

    José María Ayaso 

    Esta fruta no es nueva en nuestro archipiélago, puesto que fue introducida por los emigrantes canarios retornados, a principios del pasado siglo 20.

    Si bien es verdad que no se le había prestado mucha atención en su cultivo, en la actualidad, y debido al creciente interés de los consumidores, la parchita, maracuyá o fruta de la pasión, que con todos estos nombres se le conoce, va teniendo cada vez cada mayor presencia en los mercados y lineales de los supermercados de Canarias.

    Atendiendo a esta realidad, y al consiguiente interés comercial, el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias, dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, desde el año 2015 inició un estudio que, financiado con fondos de la propia comunidad autónoma, tenía como finalidad impulsar el cultivo del maracuyá.

    MARACUYA-INT

    Los datos obtenidos del seguimiento anual, no sólo han registrado el aumento de la demanda local; también lo ha hecho en cantidades significativas, para su exportación lo que sin duda representa una oportunidad de mejora para los agricultores y agricultoras de nuestro archipiélago, que nacional e internacionalmente destaca por su potencial en el cultivo de frutales tropicales y subtropicales.

    Como árbol frutal, el maracuyá se expande fácilmente por cualquier superficie de climas tropicales y, al año de su siembra, ya empieza a dar frutos, en cualquiera de sus variedades: amarilla o morada. En los últimos registros relativos al año 2018 se pudo observar que, entre Gran Canaria y Tenerife se estaban produciendo entre 20.000 y 40.000 kilos al año, contados entre los totales cultivados por ocho grandes productores y una veintena de pequeños cultivos.

    Trasladadas estas observaciones al mercado, los consumidores fidelizan la compra de este producto dependiendo, obviamente, de su disponibilidad, de los precios de venta al público y del mayor o menor conocimiento que tengan, tanto de sus propiedades nutricionales como de su uso y sus aplicaciones culinarias.

    En este último aspecto, cabe destacar que la parchita, maracuyá o fruta de la pasión, suele consumirse como fruta fresca o en zumos. Y en la cocina, para la elaboración de postres, salsas, mermeladas, helados, bombonería, etcétera.

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