02/03/2020 - 10:52
La Tasca Acorán, (en la calle La Pelota, 1, Vegueta) es un restaurante vocacional que lleva abierto apenas mes y medio, donde se respira la alegría por el oficio, con la firme apuesta de que lo que comas esté rico, y que te vayas con ganas de regresar.
Locos por la gastronomía by Luz Cappa
Si quieren saber si un restaurante merece de verdad la pena, pongan atención y observen a los clientes. Cómo comen, los gestos que hacen cuando prueban cada bocado, si cierran o no los ojos al saborear la comida, ¿sonríen o están serios?...
Luego, dirijan el foco en el personal de sala. Cómo te reciben, qué te dicen, el entusiasmo al cantar cada plato...
Créanme que lo que viví el viernes en La Tasca Acorán, (en la calle La Pelota, 1, Vegueta) me hizo muy feliz: un restaurante vocacional que lleva abierto apenas mes y medio, donde se respira la alegría por el oficio, sin más pretensión que lo que comas esté rico rico, preparado con producto fresco y que te vayas con buen sabor de boca y con ganas de regresar.
Voy aleccionada por una amiga que ya ha probado su comida (ya saben, el boca a boca), y lo que me encuentro me sorprende gratamente. En primer lugar, me dan una bienvenida que me encanta, porque es un lugar lleno de luz y de sonrisas.
Amplio, hace esquina, justo en frente del Mercado de Vegueta, garantía de que lo que ahí se cocina es de calidad porque es de donde se nutre su alacena. Con un parking público al ladito, otra ventaja más, y muy céntrico, con la parada de guagua en la misma puerta.
Hablo con Isidro Rodríguez y con Duván Pérez, los propietarios, venezolano y colombiano, respectivamente, ambos afincados en Gran Canaria desde hace años, éste último jefe de cocina, con una imaginación que sorprende y que traslada a cada uno de sus platos. En sala está Mari Luz, encantadora, atenta y muy servicial.
Al alioli que sirven de aperitivo, según te sientas en la mesa, le ponen pera para que no resulte indigesto y suavizarlo. Hacen una arepitas con pollo que son bocatto di cardinale, a diario tienen platos de cuchara muy canarios a precio único de 4,5 € como las arvejas compuestas; papas, judías y fideos; potaje de berros gomero; potaje de verduras, rancho canario, caldo de millo y puchero.
De pescado, hacen unos tollos con salsa espectaculares, bacalao confitado con batata a la naranja y mojo de cilantro que merece la pena probar, cazón en adobo o bienmesabe y calamares a la romana.
La Tasca Acorán tiene un menú diario irresistible: 8,50 euros por dos primeros a elegir, dos segundos a elegir, pan, bebida y postre.
Al lado de mi mesa, hay un señor que está disfrutando el suyo. Salta a la vista que le está encantando todo lo que prueba, los platos se quedan limpios, rebañados, y mira que las raciones son hermosas...
La curiosidad me puede más que la vergüenza y le pregunto: “¿Qué tal está su almuerzo?”. Me sonríe. “Pues mira, desde que vine la semana pasada y lo descubrí, vengo todos los días a tomar el menú, porque trabajo por la zona. Hasta tal punto me encanta, que les he escrito una nota en mis redes sociales y en Tripadvisor, porque pocos sitios como este dan calidad y cantidad a un precio tan excelente. Hoy he tomado el potaje de berros, que sirven en cazuela con su cebollita, queso y gofio a parte, y está todo riquísimo”.
Hoy es un día especial y Duván quiere que pruebe algunas sugerencias fuera de carta. Se nota que es un cocinero con años de oficio, domina técnicas y lo mismo te hace una esferificación de tomate que un crujiente de plátano macho o un trampantojo con pulpo asado y batata que parece carbón.
Se nota que le encanta ensayar y mezclar ingredientes para tener resultados diferentes. Lo mejor de todo: la amplia sonrisa con la que explica sus creaciones y la bondad que transmiten sus cálidas palabras. “Luz, vamos a empezar por un aperitivo de plátano y beicon, y luego quiero que pruebes los champiñones rellenos sobre salsa de queso, el bacalao confitado con escacho de batata y mojo de cilantro, las bombas de papa rellenas, y las arepitas de pollo”.
¡Ay mi madre!, me digo, y confieso que me asusto porque creo que no voy a ser capaz de probar tantos platos. Pero hoy voy acompañada y damos buena cuenta de este homenaje en toda regla.
Para beber, un blanco bien frío que venden por copas. No es canario, pero está bueno.
Cuando ya creo que estoy a punto de reventar, vienen dos postres que me entusiasman: Polvito uruguayo con melocotón y dulce de leche, y el postre de la casa, Delicias de Canarias, un original homenaje a nuestra tierra que lleva fondo de bienmesabe, helado de plátano y gofio, ambrosías de Tirma, gelatina de Clipper de fresa. ¡Sencillamente alucinante!
Isidro me informa de que también tienen desayunos, "así que no hay excusa para venir a la Tasca Acorán cuando esté por la zona de Vegueta", me digo. Y palabra que cumpliré.
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